La importancia del peso en la nutrición

Hoy te explicamos las claves de la importancia del peso en la nutrición. Hoy en día, parece que una buena alimentación o una buena nutrición equivale a un determinado peso corporal. Se oyen mensajes del tipo, si te quieres cuidar tienes que bajar unos cuantos kilos, obtén tu peso ideal, como deshacerse de esos kilos de más…

Desde el campo de la nutrición, estamos intentando explicar a la población general que su peso corporal no es tan importante como parece. Por supuesto, estamos hablando dentro de unos valores de un peso y una composición corporal normal y dentro una media establecida. Hablo de términos normales, cuando esa persona no tenga una relación peso altura muy elevada o hablemos en términos de una obesidad muy desarrollada. Donde en ese caso intentaremos desde un cambio de hábitos sostenidos y una mejora de sus rutinas diarias, pueda lograr poco a poco una reducción de ese componente graso a lo largo de meses o incluso años.

Como seres humanos tenemos que disponer de un mínimo porcentaje graso

Tanto hombres como mujeres, que tengan cierto porcentaje graso es normal y saludable. Lo que sí es importante que piense una persona es que distribución tiene su composición corporal, hablando de que músculo tiene, que capacidad física o cuán flexible es.

No me cansaré de explicar a toda persona que pasa por mi consulta, lo importante que es disponer de una buena masa muscular, ser fuerte durante toda su vida y llegar a la vejez con la mayor independencia física posible.

¡Sólo me centro en el peso que muestra la báscula!

Debes de saber que el músculo también pesa y es una parte importante a tener en cuenta de nuestra composición corporal.

En la actualidad, lamentablemente un alto porcentaje de la población sólo está centrada en el peso corporal. Considera que si está haciendo las cosas bien el peso corporal disminuye y se está haciendo las cosas mal el peso corporal aumenta. Pero aquí, es donde entran muchas variables que hacen que aumente o disminuya nuestro peso corporal. Una de esas variables es el entrenamiento de fuerza o la mejora de nuestra masa muscular, pudiendo aumentar los valores que nos muestra la báscula, o evitar que los valores de peso sigan disminuyendo.

Todos somos diferentes

Por eso cada resultado de peso es muy individualizado a cada persona, en mi caso, no considero nada relevante el peso que muestre una báscula en comparación con la mejora y la integración de unos hábitos de alimentación y ejercicio en la rutina de una persona.

El peso de la báscula nos puede jugar una mala pasada. Ya que tenemos unas oscilaciones naturales que ocurren en nuestro cuerpo cuando este equilibra el componente de agua, ingerimos más alimento…

Si es cierto que si tenemos un objetivo de reducción de componente graso y nuestra composición corporal o el peso de la báscula no disminuye, seguramente no estemos aplicando una reducción calórica apropiada.

El problema radica, en que la estabilización del peso es algo normal y a veces nos puede jugar una mala pasada y tira al traste el cambio de hábitos que estamos realizando.

Las consecuencias negativas de centrarse sólo la báscula

Hay cierta parte de la población, sobre todo mujeres y adolescentes, donde se ve una preocupación excesiva con el peso que muestre la báscula. Esto puede llegar a ser muy negativo y derivar en una enfermedad del trastorno de la alimentación. Ya que el ser humano no está adaptado a estar en un déficit calórico una reducción de alimentos muy drástica prolongada en el tiempo.

Aquí es donde entra en juego el peligro de las redes sociales, las fotos de Internet o la influencia de ciertos personajes.

Ten paciencia

El cambio de hábitos en nuestra rutina de ejercicio y alimentación, es algo que requiere paciencia. Integrar ciertos cambios pero mantenerlos en el tiempo es clave para lograr una modificación en nuestra composición corporal y una mejora de nuestra salud. Pero si sólo estamos centrados en que la cifra de la báscula disminuya, habrá momentos en el que nos frustremos.

Piensa más allá de la báscula

Cada vez que veo a una persona en consulta, intento analizar todos sus hábitos. Desde cómo prepara los alimentos, qué tipo de alimentos suele comprar, qué cantidades forman sus platos, qué tipo de trabajo desempeña, si realiza actividad física, si descansa bien…

Todos estos factores son importantísimos para mejorar su salud y como efecto positivo lograr en el futuro también una reducción del componente graso si ese es su objetivo. Pero si al principio nos centramos sólo en el peso corporal, no creo que sea la mejor manera de empezar a introducir un cambio de hábitos.