En la actualidad un nutricionista tiene que desmontando mitos constantemente. Se oyen mitos de todo tipo relacionados con la fruta, las grasas, la hora a la que debo comer, el azúcar… es un no parar.
Hoy vamos a intentar desmontar algunos mitos. Aquellos que más se escuchan en la prensa, radio o “comenta nuestra vecina”.
Desmontando mitos
Para desmontar un mito, tenemos que saber a qué hace referencia un mito. Cuando hablamos de un mito en el campo de la nutrición hacemos referencia a una frase, hipótesis o comentario que no tiene ninguna validez científica.
¿Es importante la validez científica?
La respuesta es un rotundo SÍ. En el campo de la medicina, odontología, fisioterapia… a lo largo de los años se han realizado estudios científicos verificando y probando aquellos estudios. Asentando así, unas bases científicas para el estudio de las ciencias. En la nutrición ocurre lo mismo. Pero en la nutrición a lo largo de los años me sigo encontrando con creencias o mitos totalmente instaurados en nuestra sociedad sin ningún tipo de validez científica. Incluso algunos facultativos de medicina siguen perpetuando esos mitos, pero eso es otra historia.
Desmontando mitos a través de los estudios científicos
La ciencia está aquí para ayudarnos, de eso no tengáis duda. El objetivo de los estudios científicos es sencillo; probar aquella hipótesis que se quiere demostrar. Hay diferentes estudios y metodologías, pero si queremos demostrar que el agua hidrata. Tendremos que utilizar a personas en un contexto determinado y estudiar tras una ingesta de agua si células aumentan su contenido en H2O. Una vez visto el resultado, se comprueba la metodología y resultados con un análisis externo de otros científicos. Si es favorable, el estudio se puede publicar y ya podemos decir que el agua hidrata las células. Esto ya se puede considerar una respuesta basada en la ciencia. Evidentemente hay mucho trasfondo con referencia a un estudio científico, qué metodología se utilizó, cuantos sujetos se prestaron para el estudio, utilización de doble ciego… etc.
Desmontando mitos en nuestro día a día
Si “la amiga de mi vecina” nos comenta que la fruta engorda, tendremos que desconfiar. Ya que no sabemos si ha leído esa información en un estudio científico o un metaanálisis o simplemente está repitiendo ese mito o lo escuchó en la televisión.
Hay cientos de mitos con relación a la alimentación. Y salen nuevos cada día.
Algunos mitos sin sentido ninguno
- La fruta engorda
(falso) No se ha llegado a estos problemas de obesidad actuales por comer demasiada fruta.
- El azúcar es veneno
(falso) Como todo se debe estudiar el contexto de cada persona y su nivel de actividad física. El problema radica en que se añade azúcares simples a muchos ultraprocesados, aumentando notablemente su presencia en nuestra alimentación. Por tomar un poco de azúcar al día no hay problema. Depende del contexto de la persona, su actividad física, su alimentación en general… etc.
- Hay que comer 5 veces al día
(falso) No exista evidencia alguna que comer 5 veces al día acelere tu metabolismo o te haga bajar tu contenido graso. Depende del contexto de cada persona. Pero por lo general no tiene efecto positivo.
- Es mejor la panela, el azúcar moreno o la miel
(falso) Son exactamente igual que el azúcar simple. Pueden tener alguna que otra vitamina extra, pero su respuesta en nuestro organismo es la misma que el azúcar blanco.
- El pan engorda
(falso) Ningún alimento de por sí engorda. Engordaremos por un conjunto de variables como nuestra actividad física, hábitos y alimentación en general.
- Un alimento de por sí engorda
(falso) Este mito está muy arraigado en la sociedad. Y es totalmente falso, ya que como comentaba anteriormente se aumenta nuestras reservas de grasa por un conjunto de variables. Si tienes un equilibrio energético no engordaría por muy mal que comas. Eso sí, tendrías una alimentación muy pobre en nutrientes esenciales.
- El agua con limón adelgaza
(falso) El agua con limón no tiene efecto adelgazante de ningún tipo. Otro mito muy arraigado en la sociedad. Te hidratas con el agua y nada más.
Como nutricionista todos los días te toca responder y luchar contra estas creencias que no ayudan en absoluto a la población. Y algunas personas parecen creer antes a su “vecina” que a una persona formada en la ciencia.
Poco a poco entre todos los nutricionistas debemos educar y fomentar hábitos saludables a la población y alejarnos de tanto mito y chorradas.
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